Archivo de la categoría: Romance

A 5 centímetros por segundo (2007)

秒速5センチメートル Byōsoku Go Senchimētoru (2007)

El día de reyes de 2014, en uno de los canales de Canal Plus, en Canal Plus Xtra si no recuerdo mal, emitieron una programación especial de largometrajes de animación japoneses, varios de los cuales grabé para ir viéndolos poco a poco. Me gusta el cine de animación, pero pocas veces me sorprende el del mundo occidental. Sin embargo, en los últimos años he ido descubriendo que los japoneses tienen algunas joyas poco conocidas en este género. Y no sólo dentro del afamado Studio Ghibli. Una de las películas que grabé es este mediometraje, 64 minutos de duración, dirigido por Makoto Shinkai. Aparte de lo anterior, una de las tres partes de las que consta el filme tiene un bonito e interesante ambiente ferroviario.

Los protagonistas de la película se conocen en la escuela primaria; dos niños sensibles y soñadores, con dificultad para comunicarse con otros, pero que se entienden entre ellos.

Los protagonistas de la película se conocen en la escuela primaria; dos niños sensibles y soñadores, con dificultad para comunicarse con otros, pero que se entienden entre ellos.

Sinopsis

Takaki conoció a su amiguita Akiro en la escuela primaria, donde conectaron enseguida y se sintieron almas gemelas. Pero al finalizar la misma y pasar al instituto, Akiro, siguiendo a sus padres, se muda a la ciudad de Tochigi, al norte de Tokio. Durante un tiempo se comunican por cartas, pero con el tiempo el muchacho, Takaki, también abandona la capital para seguir a sus padres al sur del JapónTakaki hará un viaje en tren para ver a Akiro, donde descubrirán que su amistad de infancia es mucho más profunda, pero que un noviazgo adolescente parece imposible en sus circunstancias. A partir de ahí, cada uno seguirá con sus vidas, y aunque surgirán otros chicas o chicos, mujeres u hombres, la presencia del otro permanecerá en sus vidas.

Sin embargo, al finalizar la primaria tienen que despedirse; y lo hacen al pie de un cerezo en flor, cuya caída de pétalos les recuerda la nieve en invierno.

Sin embargo, al finalizar la primaria tienen que despedirse; y lo hacen al pie de un cerezo en flor, cuya caída de pétalos les recuerda la nieve en invierno.

Interés ferroviario

En un país densamente poblado como es Japón en la mayor parte de su territorio, y especialmente en los alrededores de Tokio, los transportes públicos eficientes son un bien de primera necesidad. Aunque famosos por su pionera red de alta velocidad, los trenes Shinkansen, son importantes también las líneas regulares de ámbito regional o local, que permiten las comunicaciones en forma de red entre los distintos núcleos de población.

La nieve marcará su próximo reencuentro. Un viaje en tren del muchacho para ver a la chica en medio de una gran nevada simbolizará las dificultades que encontrará su relación separados por kilómetros de distancia.

La nieve marcará su próximo reencuentro. Un viaje en tren del muchacho para ver a la chica en medio de una gran nevada simbolizará las dificultades que encontrará su relación separados por kilómetros de distancia.

Durante el primer capítulo de los tres que consta la película, Oukashou (Flor de cerezo)Takaki acude a visitar a Akiro desde Tokio hasta Tachigi usando los trenes locales y regionales de la que supongo Línea Tōbu Nikkō, debiendo realizar varios transbordos en distintas estaciones de la línea. Recorrido y transbordos que lleva cuidadosamente anotados en una hoja. Pero todo se desbarata, porque ese día de principio de primavera que sueñan con cerezos en flor, se convierte en un día tardía de invierno con una fuerte nevada que introduce demoras en las circulaciones, que se ven agravadas por las esperas que los trenes realizan en las estaciones de enlace, para permitir los transbordos, y las comunicaciones de los sufridos viajeros. Y así, un viaje que parecía iba a ser de algo más de dos horas se convierte en una incertidumbre de más de seis. Todo ello en un ambiente de trenes automotores poco concurridos, de paisajes nevados, de estaciones solitarias, muy, muy ferroviario.

En esta fase de la película es cuando más disfrutaremos del ambiente ferroviario de la misma.

En esta fase de la película es cuando más disfrutaremos del ambiente ferroviario de la misma.

La ambientación conseguida es fenomenal; el trabajo de los dibujantes y animadores es sensacional.

La ambientación conseguida es fenomenal; el trabajo de los dibujantes y animadores es sensacional.

Interés cinematográfico

Como animación, el conjunto de la película es deliciosa. Mezcla escenas de gran realismo, con otras de estética más extraída del manga con gran habilidad. Shinkai nos ofrece una bellísima imaginería con muchos de los rasgos tradicionales de la animación destinada a un público adolescente o juvenil, para una historia que realmente es mucho más adulta de lo que parece al principio. Aquí no hay soluciones mágicas, ni triunfo del amor a toda costa. Hay mucho amor y romanticismo, pero un mundo tremendamente real, donde los finales felices no siempre se dan, no siempre son posibles.

Sin embargo, el momento más triste de la película para mí es en el segundo episodio, donde el muchacho atrae a una joven de su nuevo entorno. La cual comprenderá, en medio de vistosos lanzamientos de vehículos espaciales, que por muy atento que sea con ella, no la ve. Que está viendo a otra persona en la distancia.

Sin embargo, el momento más triste de la película para mí es en el segundo episodio, donde el muchacho atrae a una joven de su nuevo entorno. La cual comprenderá, en medio de vistosos lanzamientos de vehículos espaciales, que por muy atento que sea con ella, no la ve. Que está viendo a otra persona en la distancia.

Es cierto que la película quizá peque de cierta cicatería. Por lo que he leído, está basada en una historieta en la que la historia es más amplia y más desarrollada. Un largometraje en lugar de un mediometraje nos podría haber dado la historia más completa y más coherente. De los tres episodios, dos de ellos están completos y son muy bellos, pero el tercer episodio, de alguna forma resume demasiadas cosas, que el espectador ha de imaginar, provocando un final apresurado.

Dejando aparte lo anterior, es una película que me ha gustado bastante, y que no dudo en recomendar. Le pongo 4 estrellas: ****.

Es una pena que no se tomasen su tiempo para desarrollar el tercero e incluso un cuarto episodio, para una mejor comprensión de las vidas y circunstancias de ambos protagonistas.

Es una pena que no se tomasen su tiempo para desarrollar el tercero e incluso un cuarto episodio, para una mejor comprensión de las vidas y circunstancias de ambos protagonistas.

El final también está marcado por dos de los elementos fundamentales de la película; el ferrocarril y el cerezo en flor.

El final también está marcado por dos de los elementos fundamentales de la película; el ferrocarril y el cerezo en flor.

Días del cielo (1978)

Days of Heaven

Película que veo en la sesión organizada por una asociación sociocultural de Zaragoza en el salón de actos de un centro de educación de adultos. La proyección forma parte de un ciclo dedicado a los directores de fotografía, y la película de Terrence Malick es elegida, además de por sus indudables virtudes cinematográficas, por que meritoriamente consiguió un óscar a la mejor dirección de fotografía, que fue a parar al español exiliado Néstor Almendros. Pero además de eso, la película presenta un indudable interés ferroviario, por lo que es añadido a mi colección sobre el ferrocarril en la historia del cine.

Comenzaremos nuestra historia en las regiones industriales del norte de los Estados Unidos, donde no faltan motivos ferroviarios entre las grandes industrias metalúrgicas.

Comenzaremos nuestra historia en las regiones industriales del norte de los Estados Unidos, donde no faltan motivos ferroviarios entre las grandes industrias metalúrgicas.

Pero pronto nos trasladaremos con un tren de obras hacia las praderas tejanas.

Pero pronto nos trasladaremos con un tren de obras hacia las praderas tejanas.

Argumento

Estamos en la segunda década del siglo XX, en 191… lo que sea.  Bill (Richard Gere) se ve obligado a dejar su trabajo en una industria, y con su novia Abby (Brooke Adams) y su hermana Linda (Linda Manz), se trasladan a las plantaciones de cereales de Tejas, donde serán contratados para la temporada de la cosecha. BillAbby se harán pasar por hermanos para evitar problemas. El terrateniente (Sam Shepard) se fijará en la chica, y ambos amantes, en la creencia de que el granjero está gravemente enfermo y morirá pronto, deciden dejar que corteje a Abby y al final se case con ella. Pero la estrategia mostrará debilidades que complicarán la historia.

No hay lujos para los trabajadores, jornaleros, de principios del siglo XX. Viajan sobre el tejado de los vagones ferroviarios.

No hay lujos para los trabajadores, jornaleros, de principios del siglo XX. Viajan sobre el tejado de los vagones ferroviarios.

Aunque a los dos amantes protagonistas de la película no parece importarles. Son felices cuando están juntos.

Aunque a los dos amantes protagonistas de la película no parece importarles. Son felices cuando están juntos.

Interés ferroviario

Las enormes extensiones de los Estados Unidos hicieron que el ferrocarril fuera un elemento fundamental para el desarrollo del país. Tanto para acercar y distribuir a las gentes por todo el territorio como para evacuar las materias primas y las mercancías hacia los centros de consumo y hacia los puertos para la exportación. Veremos por lo tanto llegar a los jornaleros subidos a los vagones de un tren de obra. Veremos los silos de grano junto a la vía para cargar los trenes con el cereal. Veremos incluso un tren presidencial, utilizado por Woodrow Wilson para recorrer el país. Veremos también hacia el final de la película a los soldados norteamericanos montar en los trenes que se dirigen a los puertos donde embarcaron para la guerra en Europa.

Todo esto está muy bien salvo,… que la película se rodó en Canadá, en la provincia de Alberta. Bien es cierto que el papel que desarrollaron los ferrocarriles para el avance de la sociedad canadiense fue similar. Pero incluso los vagones de los trenes que vemos, se ven en ocasiones señalados con la siglas CPCanadian Pacific. Cuestión menor, ya que la verosimilitud de la película no se ve afectada en líneas generales por este hecho.

El tren de obras, por supuesto con tracción de vapor, incluye una poderosa grúa para los trabajos pesados.

El tren de obras, por supuesto con tracción de vapor, incluye una poderosa grúa para los trabajos pesados.

El último tramo, desde la línea ferroviaria a la hacienda, lo harán los jornaleros caminando o en carretas.

El último tramo, desde la línea ferroviaria a la hacienda, lo harán los jornaleros caminando o en carretas.

Interés cinematográfico

Aunque celebrada por la crítica, apenas tuvo éxito comercial en su momento. Las películas de Malick no son de fácil digestión. Con frecuencia están llenas de metáforas, de simbolismos que no siempre son evidentes. Tienen siempre un tono poético independientemente de la trama argumental. A pesar de que parece un drama romántico, con el típico triángulo amoroso, lo cierto es que la película tiene mucho de reflexión moral. Las diferencias sociales y económicas de la muy liberal Norteamérica de principios de siglo XX, la pobreza mezclada con el deseo de libertad, provocan decisiones éticas difíciles de juzgar desde otros puntos de vista. Pero no desdeñemos la parte romántica de la película. Los sentimientos confusos y los celos van a condicionar el desarrollo de la trama.

Evidentemente, uno de los grandes atributos de la película es la fotografía de Almendros. Formado con prestigiosos directores de la nouvelle vague, partidario acérrimo de la luz natural, de la fotografía sin artificios, la iluminación de la película, influenciada por el estudio de grandes pintores de todas las épocas es de un virtuosismo que ya por sí misma justifica la visualización del filme.

Desde luego, no hace falta decir que le pongo una nota alta, le pongo 4 estrellas: **** (aunque tendiendo a cinco, quizá la interpretación me parece que no está del todo a la altura del resto del filme).

Los protagonistas salen a la línea ferroviaria para asistir al paso del tren presidencial, con Woodrow Wilson recorriendo el país.

Los protagonistas salen a la línea ferroviaria para asistir al paso del tren presidencial, con Woodrow Wilson recorriendo el país.

Una plaga de langosta, magníficamente filmada, marcará el punto crítico para el desenlace del filme, en el que se deshará el triángulo amoroso, triángulo rectángulo ya que afecta a los amores de dos catetos hacia una única hipotenusa.

Una plaga de langosta, magníficamente filmada, marcará el punto crítico para el desenlace del filme, en el que se deshará el triángulo amoroso, triángulo rectángulo ya que afecta a los amores de dos catetos hacia una única hipotenusa.

El final de la película también tiene un sabor ferroviario, con la joven Linda caminando con una amiga por las vías alejándose hacia un futuro indefinido y, probablemente, imperfecto.

El final de la película también tiene un sabor ferroviario, con la joven Linda caminando con una amiga por las vías alejándose hacia un futuro indefinido y, probablemente, imperfecto.

La bestia humana (1938)

La bête humaine

Si alguna película tenía que entrar en algún momento en mi listado de filmes sobre el ferrocarril en la historia del cine, sin duda alguna tenía que ser esta de Jean Renoir. Adaptación de la novela del mismo título de Émile Zola, perteneciente a su larga saga de novelas sobre los Rougon-Macquart, aunque trasladado el ambiente a la Francia de los años treinta del siglo XX en lugar de la de finales del XIX, toda la acción sucede alrededor del ferrocarril y entre personas que trabajan por y para el ferrocarril. Si apasionante es por la variedad de pasiones humanas que desarrolla, apasionante será también para el aficionado al ferrocarril, por su espléndido retrato de la vida de los «cheminots» galos en los periodos previos a la segunda guerra mundial. Así como por varios hechos de trascendencia en la historia de los ferrocarriles franceses.

Fotograma de la secuencia inicial en la que vemos el cruce entre dos trenes con la cámara situándose en la posición subjetiva del maquinista. Esta es la imagen que tenían estos trabajadores cuando miraban la vía, pero con la carbonilla de la caldera acumulándose en las gafas protectoras. Un duro trabajo.

Sinopsis

La historia nos habla de los turbulentos amores de Jacques Lantier (Jean Gabin) y Séverine Roubaud (Simone Simon) en la Francia de los años 30 del siglo pasado.

Lantier es el maquinista de La Lison, una locomotora para trenes de pasajeros rápidos que hace el trayecto entre Paris-Saint Lazare y Le Havre. Es un trabajador dedicado y respetado por sus compañeros, pero carga sobre sus hombros la carga hereditaria de una familia de locura y violencia, y en algunas ocasiones ha agredido a mujeres con instintos homicidas, como le sucede con su prima Flore (Blanchette Brunoy) por la que se siente atraído sexualmente, pero a la que agrede cuando están a punto de mantener relaciones sexuales. Por ese motivo, se aleja de las mujeres, y sublima sus deseos en su dedicación al buen funcionamiento de su locomotora.

Lantier y su fiel fogonero se empiezan a relajar a su llegada a la estación de Le Havre, cansados y tiznados de carbonilla.

Séverine es una mujer todavía joven y muy guapa, que siendo hija de una sirvienta se crio bajo el patrocinio del rico Granmorin (Jacques Berlioz) que la apadrinó, y le buscó matrimonio con Roubaud (Fernand Ledoux), hombre mayor que ella y al que Granmorin promovió al cargo de subjefe de estación en Le Havre. Pero Roubaud sospecha que hay algo extraño en el pasado de su mujer, y finalmente ésta le confiesa que Granmorin la violó repetidas veces cuando fue una niña o adolescente. Esto produce la desesperación de Roubaud y ambos deciden vengarse del potentado, matándolo en un viaje entre París y Le Havre. Cuando eso sucede, Lantier se encuentra en el mismo tren de regreso de visitar a su madrina, y los ve por el corredor del coche del tren, comprendiendo más tarde, durante la investigación del asesinato, que sólo ellos han podido ser los causantes del crimen.

Sin embargo, calla lo que sabe, las culpas recaen sobre un pobre fogonero, y los Roubaud, agradecidos le ofrecen su amistad. Sin embargo, las cosas no van a ser tan sencillas. Roubaud atacado por la culpa cae en el juego y en la bebida, mientras que Lantier y Séverine inician una relación amorosa que evoluciona hasta el momento que deciden que tienen que matar a Roubaud para ser libres de proseguir su vida juntos.

Pero, esto es una novela de Zola y las cosas no serán tan fáciles.

Lantier hace las presentaciones. A su nuevo amor humano, Séverine, le presenta su gran amor mecánico, la Lison, una rápida y poderosa 231 "Pacific".

Interés ferroviario

Toda la película en su conjunto es un fresco de la vida ferroviaria en la Francia de anteguerra. La película está rodada en 1938, año que supuso la creación en el país vecino de la Société Nationale des Chemins de Fer Français (SNCF), con participación mayoritaria del estado francés, y cuya misión principal era la de ofrecer servicios básicos a la población con la subvención del estado. Las antiguas compañías privadas mantenían participaciones en la nueva sociedad.

No obstante, la línea ferroviaria en la que se desarrolla la acción de la película ya pertenecía al estado francés. En la mayoría de los coches de pasajeros que aparecen en la película, el rótulo de la compañía es ÉTAT, pero en algunos de ellos se pueden leer ya las nuevas siglas SNCF. Es por lo tanto un periodo de transición que se rompería por la llegada de la guerra, que supuso un grave quebranto en los ferrocarriles franceses.

La Lison, la protagonista ferroviaria de la película, es una poderosa locomotora de tipo Pacific (231), locomotoras que se impusieron en buena parte de Europa como las más adecuadas para trenes rápidos de pasajeros, cuando la orografía del terreno no era muy complicada. La que aparecen en la película está matriculada como 231-592, y supongo que el sobrenombre le viene de la población francesa de la Baja Normandía que era servida por los ferrocarriles del estado francés.

La Lison, "interpretada" por la 231-592 de l'État, reposa en el depósito de Le Havre.

En la película aparecen numerosos detalles de la vida ferroviaria, y es especialmente interesante observar cómo se manejan el maquinista y el fogonero en la locomotora durante el viaje en las maravillosas escenas del principio de la película. Nos ofrece también vistas de la estación e instalaciones ferroviarias de Le Havre, así como de la estación de Saint-Lazare en París. Eventualmente se aprecian otros vehículos ferroviarios, entre los que destacan diversas locomotoras de vapor, algún automotor suelto por ahí, y especialmente entre estos, hacia el final de la película tenemos un plano en el que mientras el tren expreso se aleja, en una vía contigua tenemos un automotor Bugatti, uno de los primeros automotores rápidos que se utilizaron con éxito en servicio comercial y que tiene un diseño muy característico. Yo pude admirar uno de ellos en la Cité du Train en Mulhouse.

En fin. Que para los amantes del ferrocarril, la película es una delicia y obligatoria

La tragedia ya ha sucedido, y Lantier parte conduciendo la Lison y su tren de pasajeros de la estación de Le Havre con destino París; en la vía adyacente, un moderno Bugatti espera su turno para prestar servicio.

Interés cinematográfico

La película tiene también notables bondades cinematográficamente hablando. En primer lugar, por ser una buena adaptación de una novela de Zola en la que se pega un buen repaso a los aspectos más oscuros del ser humano. Evidentemente, no se puede profundizar en 90 minutos de película en los aspectos más tenebrosos del personaje de Lantier, ese personaje magníficamente interpretado por Gavin, que tras su aspecto de buena persona, de trabajador responsable, esconde los impulsos que justifican el título de la novela y del filme. Él es la bestia humana. O lo que tiene dentro de sí representa a la bestia humana que todos podemos llevar dentro.

El matrimonio Roubaud se dirige a París para visitar al potentado Granmorin. El tren en el que viajan cumplirá trayecto en la estación de Saint-Lazare, donde llegan y de donde salen los trenes que comunican la capital francesa con Normandía y Bretaña.

Siendo como fue un encargo del actor principal, que deseaba protagonizar a un ferroviario, quizá no tenga las virtudes que podemos ver en otras obras del director. Este acababa de dirigir una de sus obras más celebradas, La Gran Ilusión, también con Gavin, y este filme no está a la misma altura. Técnicamente, irreprochable para la época, la secuencia inicial en el que vemos los esfuerzos de maquinista y fogonero en la cabina de conducción de la Pacific, me parece absolutamente antológica. Y el director sabe imprimir el carácter adecuado a una historia que no deja de ser tremenda. Homicidios, pedofilia, instintos violentos,… Todo lleva a un final necesariamente trágico, perfectamente encaminado por la mano del director.

Las interpretaciones son de primer nivel en todos los personajes, destacando desde luego al trío protagonista. Simone Simon interpreta perfectamente a la mujer fatal por excelencia, la que con su tormentoso pasado y atormentado presente producirá el desencadenante para que lo peor de los hombres que la rodean salga a flote.

En fin, que está dentro de las películas más que recomendables, y yo le pongo 4 estrellas: ****.

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Lluvia (2001)

Rain

Esta película la vi como curiosidad. Un día, repasando la programación de Canal + Xtra HD, veo que se trata de una película que aparece como de producción española, pero que transcurre en algún lugar de lo profundo de los Estados Unidos. Así que decidí grabarla. Aunque luego he tardado bastante en verla. Lo que ya no esperaba que este filme, el único largometraje dirigido por Katherine Lindberg, iba a tener un ambiente tan ferroviario como para justificar su inclusión en mi selección de películas sobre el ferrocarril en la historia del cine. Y aquí viene mi reseña.

La historia, que por ahí he visto definida como un drama familiar, tiene muchas de las características de una tragedia griega, en la que existe una cierta predestinación fatal sobre los protagonistas. En este caso encontramos dos familias, en un cálido y seco verano en algún lugar remoto de las grandes llanuras de Iowa, la formada por Ellen (Melora Walters) y su marido, sin hijos, con problemas económicos, y la formada por Tom (Jamey Sheridan), sheriff del pueblo y aspirante a alcalde, su esposa Patsy (Jo Anderson), el hijo mayor, adolescente, Richard (Kris Park) y un par de hijos menores. El marido de Ellen y Patsy son amantes en secreto, aunque parezca que es un secreto a voces. Y en un momento de desesperación, Ellen mata a su marido. Por otra parte, el descontento Richard deambula por ahí con un par de amigos. En un momento dado, entra en tratos con Ellen y se convierten a su vez en amantes. La desaparición del marido de Ellen llevará a la desesperación a Patsy, lo que empezará a afectar a su relación con Tom, más preocupado por su candidatura a la alcaldía que por sus problemas familiares. También hay una cierta cantidad de dinero que entregó la madre de Ellen al marido y que ha desaparecido. Todo se va a enredar notablemente, hasta que lleguen las lluvias y empiecen a limpiar los lodos que harán que todo empiece a salir a la luz. Incluida alguna información sobre un niño que tuvo Ellen en su juventud y que fue entregado en adopción.

Ferroviariamente hablando, el desarrollo de la acción, que transcurre lentamente, es marcada por el tráfico aparentemente incesante de los trenes de mercancías que atraviesan el continente norteamericano, con largas y pesadas composiciones traccionadas por dos, tres y hasta cuatro potentes locomotoras diésel. Aunque no lo puedo asegurar a ciencia cierta, tengo la impresión de que la librea amarilla de las locomotoras pertenece a la compañía Union Pacific Railways. También la BNSF, otra gran compañía ferroviaria norteamerican opera en el estado de Iowa e incluye el color amarillo en su librea. Lamentablemente, siendo una película independiente con escasa repercusión general, me ha sido imposible encontrar fotogramas del filme con imágenes de estos trenes. La película la grave en el iPlus que no permite capturar la grabación en el ordenador, y la borré antes de revisar las imágenes de las locomotoras.

Por lo demás, la película tiene algunas virtudes y algunos defectos. La principal virtud son las interpretaciones. Aunque no se trate de actores y actrices muy conocidos, la verdad es que todos ellos están convincentes en sus papeles y hacen un buen trabajo. Especialmente la que podemos considerar protagonista, Melora Walters. Sin embargo, a la película le falta garra para que el espectador se implique en el drama emocional y trágico de los personajes. El momento cumbre de la película, aquel en el que Ellen comprende hasta que punto la situación se le ha ido de las manos, cuando por fin ve el cuadro completo de lo que está pasando, no alcanza la emoción que debería tener. El espectador, a esas alturas, se ha vacunado contra los dramas de esta gente, y no se ve afectado. En mi opinión, es una película que podría haber alcanzado un mayor impacto emocional, pero que se queda en un triste medio camino; 2 estrellas: **.

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Las zapatillas rojas (1948)

The Red Shoes (1948)

Cuando vi recientemente la película de Aronofsky, Black Swan, comprobé en las crísticas que pude leer por ahí que había cierto consenso en situar como antecedentes o influencias de esta película dos filmes muy distintos. Uno de ellos es Repulsión de Polanski, en el que el elemento fundamental es la obsesión de la protagonista. El otro, es esta película que nos ocupa hoy, sobre la creación de una nueva estrella en el mundo del ballet con un final trágico. Decidí revisar ambos filmes. Lo que no esperaba al ver la película de Powell y Pressburger es que acabara en mi colección del ferrocarril en la historia del cine. Pero así es, y así os lo voy a contar.

Moira Shearer es la protagonista de la película, junto con las zapatillas rojas que dan nombre al cuento y al filme. La actriz estuvo realmente guapa y elegante, con su pelirrojo peinado a juego con el calzado

Sinopsis

Victoria Page (Moira Shearer) es una joven bailarina aficionada que, en la fiesta de estreno de un ballet de la compañía Lermontov, dirigida por el implacable Boris Lermontov (Anton Walbrook), es introducida por su influyente tía y obtiene una oportunidad para demostrar su valía, empezando por los teatros más modestos de Londres. Al mismo tiempo Julian Craster (Marius Goring) es un joven estudiante de composición, a quien su profesor a robado su trabajo haciéndolo pasar como original, para los ballets de Lermontov. Se presentará ante éste, y encontrará también la oportunidad para demostrar su valía. En un momento dado, el destino de ambos jóvenes confluyen. A Craster se le encomienda la composición de la música de un nuevo ballet basado en el cuento Las zapatillas rojas de Hans Christian Andersen. A Page, la retirada de la anterior prima ballerina por matrimonio, le ofrece la oportunidad de bailar el papel principal en el nuevo ballet. También será la ocasión para que ambos jóvenes se encuentren, se conozcan y se enamoren. Y para que se pongan los cimientos para el drama que evolucionará en paralelo al cuento de Andersen.

A la izquierda, un tren expreso con los elegantes coches de la Wagon-Lits está dispuesto en una estación parisina a la espera de salir hacia Montecarlo. A la derecha, recién conocidos, Page y Craster comienzan su idilio observando pasar los trenes bajo los balcones del hotel donde se hospedan en Montecarlo.

La película y el ferrocarril

Son diversas escenas las que tienen relación con el ferrocarril a lo largo de la película. Y advierto que el comentario puede desentrañar el final de la película, así que quien no se quiera enterar que no siga leyendo. La primera escena ferroviaria es cuando supuestamente la compañía de Lermontov aborda el tren expreso que les trasladará desde París a Montecarlo. En el andén se producen la despedida de Irina, la anterior prima ballerina, que se va a casar, mientras que el resto de la compañía saluda alegremente desde las ventanillas de unos vistosos coches que tienen todo el aspecto de pertenecer a la antigua Compagnie International de Wagon-Lits.

En una segunda escena, los dos insomnes protagonistas se reúnen en las balconadas del hotel donde se aloja la compañia en Montecarlo, y comienzan tímidamente una relación que acabará en enamoramiento. Mientras se asoman a la balconada, un tren pasa bajo ellos, del que sólo vemos la columna de vapor que deja en la noche su locomotora. La alegría que muestra la pareja en ese momento impide que me de cuenta de que los paralelismos no sólo se establecen con el cuento de Andersen, sino también con la tragedia de Anna Karenina.

La representación del ballet de Las Zapatillas Rojas es uno de los momentos clave de la película. Rodado con gran maestría y vistosidad, se sale de los límites del escenario teatral en el que se supone que se está representando, para ofrecer una muestra del mejor cine musical.

Una tercera escena nos muestra el diálogo entre Lermontov y Page en el lujoso compartimento del vagón de tren que está a punto de partir llevándose a la compañía, dejando atrás a la bailarina dispuesta a contraer matrimonio con Craster. Es uno de los últimos intentos de Lermontov por evitar la desafección de Victoria, tentándola con lo que más quiere en el mundo. La danza.

Finalmente, tras un tiempo separados, mientras Craster evoluciona como músico, Lermontov a conseguido atraer a Page de nuevo a la escena, y de nuevo a Montecarlo, ocasionando la separación de la pareja. Justo cuando Craster va a estrenar su obra en París, ciudad que abandona para hacer un útlimo esfuerzo para recobrar a su mujer. Esta situada en un dilema irresoluble, con la obertura del ballet sonando ya en el teatro, calzada con sus zapatillas rojas, echa a correr por los jardines, y se arroja por el balcón donde se enamoró del compositor en el momento en el que un tren pasa, consumándose la historia y sus paralelismos tanto con el cuento como la historia de Karenina.

A la izquierda, el tenso diálogo el coche ferroviario entre Victoria y Lermontov, cuando aquella decide abandonar la compañía por el amor al música, al que se opone el rígido director de la compañía, a quien debemos considerar también, de alguna forma, enamorado de la pelirroja bailarina. A la derecha, Craster corre junto al tren al que se ha arrojado Victoria, cuando la orquesta terminaba de interpretar la obertura del ballet que la hizo famosa.

Conclusión

La película hay que valorarla en dos dimensiones. Por un lado, el melodrama romántico que representan el trío protagonista, y que está cortado por los patrones del cine clásico de la época. No está mal, pero tampoco presenta aportaciones especiales respecto a otros filmes similares.

Por otro lado, hay que reconocer la maestría de The Archers a la hora de realizar buen cine, con unos plano y movimientos de cámara bastante poderososo, que se ponen de manifiesto especialmente en la filmación del ballet, que considero que es un ejemplo espléndido de cómo rodar un ballet, salvando las distancias de los medios técnicos de la época. Evidentemente, rodada en Technicolor pero en el restrictivo formato 1,37:1 de rigor en la época, pierde un poco de la espectacularidad que podría adquirir en un formato más alargado, como los que se llevan hoy en día. Pero a pesar de todo es un espectáculo visual y musical de lo más interesante.

Yo, debido sobretodo a la parte musical, me atrevo a recomendarla poniéndole 4 estrellas.

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Los paraguas de Cherburgo (1964)

Les parapluies de Cherbourg

Difícilmente se justifica la presencia de esta película entre mi listado de filmes con temática o interés ferroviarios. No lo es ni mucho menos, salvo por una bonita escena, en la que la pareja protagonista, Nino Castelnuovo y Catherine Deneuve, haciendo de jóvenes novios, casi adolescentes, se separan y se despiden por la obligación de él de ir durante dos años a hacer el servicio militar en Argelia en la estación de Cherburgo. Asistimos a la despedida de los dos jóvenes en la escalerilla del coche del expreso que transportará al chico hasta París. El expreso arranca, y la cámara se eleva tomando un plano casi cenital de la estación en el que aparece un automotor con el llamativo color rojo de los automotores franceses de época, y que contrasta con los tonos grises y apagados de los edificios ferroviarios y del expreso que parte.

La película, dirigida por Jacques Demy, fue muy original en su época, ya que es una película musical en la que todos los diálogos están cantados, aunque en playback, ya que las voces no corresponden a las de los intérpretes. Con una estética muy colorida, muy yeyé, este drama romántico puso en el candelero a la guapa Deneuve, que guapa y elegante como era se convirtió en la novia de Francia. O una de ellas, porque parece que en el país vecino este título se da con frecuencia por lo que se ve. La película tuvo bastante éxito, y permitió al director repetir la fórmula en otros filmes semejantes. Nos cuenta el romance entre un chico de 20 años a punto de ir al servicio militar en 1957, y una joven de 17 años, huérfana de padre, y cuya madre que lleva una tienda de paraguas que da nombre al filme, no ve con buenos ojos esta relación. Si añadimos un pretendiente adinerado, un embarazo no deseado, y la guapa aunque modesta cuidadora de la anciana tía del chaval, ya tenemos el drama montado.

Personalmente, esta película me produce sensaciones contrapuestas, ya que si bien me encanta ese aspecto un poco hortera de la época, los diálogos cantados continuados me cansan y me hacen perder la concentración. No obstante tiene sus méritos cinemtográficos y yo le pongo 3 estrellas (***). Es posible que no interese al común de los mortales de hoy en día, pero sí a quien se sienta curioso por el cine de otros tiempos.

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Los normas de la casa de la sidra (1999)

The Cider House Rules, 1999

Dirigida por Lasse Hallström.

Guión del escritor John Irving, a partir de la novela homónima escrita por él mismo (que en España se publicó bajo el título «Príncipes de Maine, Reyes de Nueva Inglaterra»).

Esta película, adaptación de la novela del mismo título, es una interesante historia de un huérfano, abandonado en un hospicio perdido en los bosques de Maine, Nueva Inglaterra. El hospicio está dirigido por un viejo médico (Michael Caine), adicto al éter, ayudado por dos enfermeras (Kathy Baker y Jane Alexander), que trata con especial cariño y atención a los huérfanos que allí residen. También tiene una cara oculta; el buen doctor realiza abortos clandestinos, con todas las garantías técnicas e higiénicas, a mujeres que no quieren tener sus hijos. Seguimos la evolución del huérfano desde su nacimiento hasta que picado por las inquietudes de la juventud (Toby Maguire), sale a conocer el mundo, espoleado por la aparición de una hermosa joven que acude a abortar (Charlize Theron) y su novio militar (Paul Rudd). Es una historia, por lo tanto, de descubrimientos y de desarrollo personal. La adaptación cinematográfica no tiene toda la riqueza de la novela de Irving, altamente recomendable, pero está bastante bien llevada, es relativamente fiel a la historia original, salvo en algunos aspectos más crudos, y está rodada con gran elegancia. Es muy bonita de ver.

La parte ferroviaria del filme está representado por el hecho de que en la epoca de la acción, por antes y durante la Segunda Guerra Mundial, el acceso al orfanato es por tren, pudiendo disfrutar de excelente reproducción de una estación rural de un ferrocarril de Nueva Inglaterra, con bellas composiciones de pasajeros tiradas por imponentes locomotoras de vapor, contribuyendo a la belleza estética global del filme. Cualquier aficionado al ferrocarril disfrutará, y mucho, de las escenas ferroviarias.

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Carlos Carreter

Estación Termini (1953)

Stazione Termini; 1953

La reina del melodramón trágico, Jennifer Jones, y el niño bonito de Hollywood, Montgomery Clift, ruedan en 1952 bajo las órdenes del italiano Vittorio de Sica, este pequeño melodrama, que se desarrolla de forma básicamente integral en la Estación Término de Roma.

La película en sí sólo la considero apta para fanáticos del melodrama. Planteando las dudas y contradicciones de un ama de casa norteamericana que se corre una aventura con un italiano en Roma, hoy resulta poco menos que graciosa la forma en que se plantea la infidelidad y las relaciones adúlteras.

Desde el punto de vista ferroviario, todo el interés del mundo. Locomotoras eléctricas, vaporosas, coches Wagon-Lits, y sobre todo el populoso ambiente de la estación romana. La estación en su momento (comenzada en 1939, y terminada en 1947), con su amplio vestíbulo libre de columnas, supuso un logro arquitectónico y un símbolo de la entrada de la capital italiana en la modernidad, en el momento del rodaje de la película.

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