The Railway Man (2013)
Animados por los nombres del reparto y algún otro detalle, aunque con unas expetactivas moderadas, nos vamos a ver este filme en versión original, motivo por el cual conservo su título original en inglés. En la cartelera española es posible encontrarlo doblado al castellano bajo el anodino e insulso título Un largo viaje.
Dirigida por el infrecuente Jonathan Teplitzky, por su temática ferroviaria que se encuentra presente a lo largo de todo el metraje de la película, la incluiré también en mi colección de películas sobre la historia del ferrocarril, CineTren.

El protagonista de la película recorriendo las rutas de los ferrocarriles británicos en el norte de la isla.
Sinopsis
La película nos cuenta la historia de Eric (Jeremy Irvine joven; Colin Firth maduro), soldado del cuerpo de transmisiones británico durante la Segunda Guerra Mundial, que es hecho prisionero como consecuencia de la rendición de Singapur, y que como tantos otros fue llevado a trabajar en el Ferrocarril de Birmania, el mismo que el del famoso puente sobre el río Kwai. Comparados con otros de sus compañeros, por sus capacidades como ingeniero lleva una vida menos penosa, hasta que es descubierto el receptor de radio casero que han construido para conocer lo que pasa en el mundo. Es sometido a tortura por el Kempeitai, especialmente bajo la batuta de un presunto traductor Nagase (Tanroh Ishida joven; Hiroyuki Sanada maduro). Tras la guerra, vive una existencia tranquila en Escocia, relativamente solitario aunque en contacto con algunos de sus compañeros como Finlay (Sam Reid joven; Stellan Skarsgård maduro). Su afición son los ferrocarriles en todos sus aspectos, y en uno de sus viajes conoce a Patti (Nicole Kidman), de la que se enamora y se casa. Pero el síndrome de estrés postraumático está presente y la vida del matrimonio se hace difícil. Al final será una drástica acción de Finlay, la que le llevará a afrontar el pasado. Viajará a Birmania para confrontar a Nagase.

El encuentro del protagonista con la chica en un coche de primera clase en dirección hacia Escocia.
Interés ferroviario
Dos consideraciones a realizar a este respecto. Por un lado, el mencionado Ferrocarril de Birmania, línea ferroviaria ya planteada por los británicos para unir Tailandia con Birmania, y esta con la India, con una consideración de importancia estratégica. Sin embargo, las condiciones de trabajo en medio de complicadas selvas tropicales y con una orografía compleja hubiera supuesto una morbimortalidad para los trabajadores que no se consideraba aceptable ya, incluso para la flexible ética del Imperio Británico en sus colonias. Pero que no impidió que el brutal concepto japonés de la guerra y del tratamiento que daban a los prisioneros y a las razas que consideraban inferiores lo pusiese en marcha. Un ferrocarril que hoy en día existe y permanece, siendo de utilidad aunque de triste de recuerdo.

Los prisioneros de guerra formados para montar en el tren que les llevará al inhumano trazado en construcción del ferrocarril de Birmania.
La segunda es la afición de los británicos a la cosa ferroviaria. Preservadores incansables de material ferroviario clásico, que ahora disfrutamos entre otras formas en estas películas de época en los que nos muestran bellos e impecables trenes, esbeltos y elegantes debido al más reducido galibo de los ferrocarrilos británicos, y que sirve de escenario para el encuentro del protagonista con la chica. Trainspotters, planificadores de rutas, aficionados a inventariar material,… estos son grupos de aficionados muy activos en las islas británicas y que dan sentido al personaje protagonista y a sus aficiones, con menos sentido desde el desapegado espíritu hispano hacia este medio de transporte. Una buena ocasión para disfrutar de bellos vehículos ferroviarios y de las coquetas estaciones escocesas. Aunque claro, no han podido rodar en Waverley, en Edimburgo, porque esta no coserva de la misma forma su ambiente de época, cubierta por su impresionante marquesina.

El protagonista en uno de los puentes del ferrocarril de Birmania, años después del final de la guerra.
Interés cinematográfico
Película relativamente convencional, con esquemas parecidos a otras que hemos visto con anterioridad, no aporta excesiva originalidad, sobre como afrontar el pasado, sobre las desgracias de la guerra, y sobre si es posible que antiguos enemigos con culturas y valores muy diferentes puedan llegar al perdón y al entendimiento. Realización académica, impecable, pero sin brillo, para una historia que en ocasiones carece de la emoción que merecería. Este academicismo en la realización la convierte en una película excesivamente fría. Buenas interpretación en general, especialemente de los dos antagonistas y del veterano Skarsgård. Kidman está un poquito más de florero.

El romance forma parte importante pero no esencial de la historia.
Película por lo tanto que se deja ver, pero que tampoco dejará una huella especialmente intensa en el espectador. Si quieres pasar de blockbusters veraniegos, y no quieres arriesgar con otras propuestas que llegan en el verano, puede ser una opción razonable para pasar la tarde fresquito en la sala de cine. Sin más.
Yo, a esta película, en mi valoración subjetiva le pongo 3 estrellas: ***.

Decir por último que la historia está basada en hechos reales, aunque desconozco si se han tomado muchas libertades o no en su desarrollo.
Nuevamente nos has proporcionado una magnífica reseña de cine ferroviario. Gracias y enhorabuena. Tengo y he leído el libro autobiográfico de Eric Lomax sobre el que se basa la película. De momento sólo se encuentra en inglés. Las diferencias entre el libro y la película son los habituales en estos casos: introducción de elementos que den tensión argumental, descafeinado de las reflexiones morales, etc. Libro y película comparten, a parte del tema del encuentro entre verdugo y la víctima, el de una enorme afición ferroviaria, que se extiende en tiempos de guerra i continúa después a pesar de las consecuencias que le trae.
Jordi Font-Agustí arteyferrocarril.blogspot.com
Pues gracias Jordi por tus aportaciones, que complementan perfectamente mis modestos comentarios.